Ya se auguraba que la nueva consola de Microsoft no podría ser competencia de PS4 en Japón, sobretodo mirando a la historia de la compañía en el país nipón. Pero cuando comenzaron a aparecer las imágenes de tiendas vacías y stands repletos de consolas sin vender, la situación apuntaba aun peor.
Pasado el primer fin de semana de vida de Xbox One en Japón, ya se tienen las primeras cifras de las ventas y como era de esperar no han sido muy buenas. Tan solo alrededor de 23.000 consolas vendidas en estos días, una cifra que no parece ser mala pero que puesta en comparación de la competencia son menos halagüeñas: tanto PS4 como la denostada Wii U, vendieron en el mismo periodo alrededor de 300.000. Además, Xbox 360, tuvo mejor lanzamiento con 60.000 unidades vendidas.
Muchos son los que opinan que los de Redmond deberían dejar de intentar hacerse un hueco en el mercado japonés; personalmente no estoy de acuerdo. Cierto es que al ser una marca «gaijin» es más complicado para ellos hacer la competencia a los productos nativos, pero también es cierto que la influencia occidental en Sony es cada vez mayor (tan solo tenemos que ver donde fue lanzado primero la PS4), por lo que creo que es más una cuestión de saber encontrar lo que el público japonés quiere (juegos señores, las consolas se venden con juegos). Microsoft debería tratar de captar más estudios que puedan crear productos acordes a la demanda del país, que suele diferir en muchos aspectos de la de otros territorios, como es lógico. Eso no quiere decir tampoco que se deban de dejar de vender juegos de corte occidental, solamente que se debe saber como jugar tus cartas.
Vía Kotaku
Vía Gematsu
