“Una partida/turno/cinco minutos más. Solo un poco más.” ¿Cuántas veces hemos dicho los jugones de ley estas palabras sabiendo en el fondo de nuestros corazones que era una de las mentiras más grandes que jamás contaremos a otros y a nosotros mismos? ¿A quién pretendemos engañar? Hay juegos que simplemente tienen el poder de pedirnos más y más de nuestro tiempo y nosotros correspondemos de forma complaciente.
Hace cosa de un año, Image & Form Games dieron con la tecla acertada en este aspecto tan básico de los videojuegos cuando hace un año nos deleitaron lanzando al mercado SteamWorld Dig en su primera versión para 3DS.
El argumento del título es bastante simple: Rusty, un joven robot, ha llegado a Tumbletown después de recibir una carta de su tío, quien ha muestro en extrañas circunstancias en las minas del pueblo. Convirtiéndose en el nuevo minero, Rusty, ayudado por los habitantes del pueblo, tendrá que explorar las minas para descubrir qué secretos buscaba su tío y el porqué de su muerte. Un argumento bastante simple que poco sirve como excusa para ponernos a cavar; aunque tampoco hace falta, el juego solo se encarga de colocarnos un pico en las manos e inyectarnos con la fiebre del oro.
Tan simple como su historia, son sus mecánicas: Rusty tendrá que ir cavando hacia abajo por las minas, buscando todo tipo de minerales y materiales preciosos que luego venderá para obtener dinero con el que mejorar su equipamiento y seguir cavando. Un círculo vicioso de recolectar-vender-comprar y seguir recolectando que nos empujará a seguir bajando y bajando en unas minas que irán cambiando lentamente de aspecto hasta llegar al final. Ocasionalmente nos iremos encontrando con misteriosos lugares donde podremos conseguir nuevas actualizaciones para nuestro pequeño robot, con las que facilitarnos nuestra tarea minera y poco a poco hacer algo más complejas e interesantes las mecánicas.
Aquí reside la magia principal del título, esa perfecta fórmula de esfuerzo y recompensa, así como la capacidad de intrigarnos con los misterios que aun están pendientes de ser descubiertos en las profundidades del mundo. ¿Qué nuevos y costosos minerales encontraré?¿Qué peligrosos enemigos aparecerán?¿Cual será la siguiente actualización de Rusty?¿Cuál será el nuevo entorno en el que nos moveremos?
Todo ello organizado en una de las estructuras más básicas y geniales del videojuego: el 2D a lo “metroidvania”. Algo más simplificado que en otros títulos desde luego, ya que pocas veces tendremos que volver a atrás para usar nuestra nueva mejora, pero que ayuda a ofrecer esa sensación de aventura que tanto nos gusta a los jugones y que nos mantiene atados al pad/teclado durante horas.
Ayuda mucho a nuestra adicción ese estilo visual cartoon de trazo grueso tan adorable y agradable a la vista, que aunque repetitivo, va muy acorde con este tipo de juegos aparentemente sencillos y nos facilita el pasar esas horas de disfrute. Además ese estilo a medio camino entre el steampunk y el western es una delicia. Quizás menos destacable es la música: no está mal, no molesta, aunque si es algo repetitiva.
SteamWorld Dig sin embargo tiene algunos problemas menores; pequeños detallitos que hacen que esto no sea una experiencia perfecta, aunque por supuesto no estropean el acabado final del juego. Por un lado está lo repetitivo del entorno; tan solo tendremos tres escenarios mayormente diferenciados, y es una lástima que con ese estilo visual tan agradable e interesante no hayan intentado crear más entornos extraños y diferentes; habría ayudado mucho al original imaginario visual que han demostrado Image & Form Games.
Por otro lado, aunque el título puede durarnos sus buenas 8 o 9 horas, su aspecto tan “adictivo” hace que se nos quede muy corto. No es que sea necesariamente malo por supuesto, pero habría sido genial algo más de juego o un modo infinito que fuera generando más escenario de forma procedural y algún contenido extra adicional con nuevas mejoras para impulsar nuestra fiebre minera.
Pequeños detalles para hacer que el juego sea algo más genial. Por cierto, aunque estamos analizando la versión para Steam, creo que dado el estilo de juego, que puede organizarse tanto en partidas rápidas como en largas sesiones de juego, es más recomendable las versiones de 3DS y Vita, ya que tiene más sencillo ir echando pequeñas partidas a aquellos que no les guste estar cavando sin parar.
Con todo ello, el estudio ha sabido compilar una de las emociones más básicas de los jugones (la diversión enfermiza entorno a una simple tarea) y exprimirla hasta hacer que nos quedemos horas delante de una pantalla cavando-vendiendo-comprando y pensando “solo unos metros más; solo un par de minerales más; solo hasta encontrar la siguiente mejora…”. Como nos gusta engañarnos a nosotros mismos.